Diego Guevara, ministro de Hacienda del gobierno de Gustavo Petro, presentó su renuncia este martes después de solo tres meses y medio en el cargo. La noticia, que se venía rumoreando desde la noche del lunes, adquiere especial relevancia en un momento delicado para las finanzas públicas del país, marcado por la estrechez fiscal, la promesa de una reforma tributaria y la necesidad de defender ante la Corte Constitucional la declaratoria de conmoción interior, que incluye tres nuevos impuestos para financiar las medidas de emergencia.
“Después de una conversación personal tranquila y amable con el señor presidente, presento mi renuncia al cargo de ministro de Hacienda”, anunció Guevara a través de su cuenta de X (antes Twitter). Además de confirmar los rumores, el ahora exministro agradeció a Gustavo Petro por la oportunidad de haber trabajado en el Ministerio de Hacienda durante casi tres años, primero como viceministro y luego como titular de la cartera.
Contexto de la renuncia
Guevara asumió el cargo el pasado 4 de diciembre, tras la renuncia de Ricardo Bonilla, quien dejó el Ministerio en medio de acusaciones por su presunta vinculación con la compra de votos de congresistas a través de contratos de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres. Con una amplia trayectoria académica y profesional —es doctor en Economía, magíster en Ciencias Económicas e ingeniero de la Universidad Nacional—, Guevara enfrentó desde el inicio desafíos significativos.
Tensiones internas y diferencias de enfoque
Según fuentes cercanas al gobierno, las diferencias entre el presidente Petro y Guevara se agudizaron en los últimos meses. Mientras el ministro priorizó la sostenibilidad fiscal y la estabilidad macroeconómica, Petro ha insistido en la necesidad de impulsar políticas sociales y económicas más ambiciosas, incluso en un contexto de restricciones presupuestales.
Estas tensiones se intensificaron en un año preelectoral, donde las decisiones fiscales tienen un impacto directo en la percepción pública y en la viabilidad de las políticas gubernamentales. La renuncia de Guevara refleja las dificultades para conciliar las prioridades del Ejecutivo con las limitaciones económicas del país.
Desafíos para el sucesor
El próximo ministro de Hacienda heredará un escenario complejo. Además de gestionar el ajuste presupuestal y defender la conmoción interior ante la Corte Constitucional, deberá liderar la prometida reforma tributaria, que busca aumentar los ingresos del Estado sin afectar la recuperación económica.
La salida de Guevara también plantea interrogantes sobre la dirección que tomará la política fiscal en los próximos meses. ¿Mantendrá el gobierno su enfoque en la sostenibilidad económica, o priorizará medidas de corto plazo para impulsar su agenda social? La respuesta a esta pregunta podría definir no solo el rumbo de las finanzas públicas, sino también el legado económico de la administración Petro.