San José, padre obrero y la dignificación del trabajo por la comunidad, es el referente que entrega el padre adoptivo de Jesús, que como un trabajador dignificó la labor de un padre que da todo de si para sacar adelante a su familia.
De esta manera fue como en el cierre de la novena de Navidad de Cuántica Stéreo se llegó hasta el barrio San José Obrero, en el norte de Guadalajara de Buga, cuyo nombre hace memoria al patrono de los padres de familia y de los trabajadores.
Pero el trabajo tiene varias caras y de esta manera en el barrio San José Obrero de la Ciudad Señora se exalta un trabajo que tal vez para muchos no resulta muy llamativo de realizar, porque su rentabilidad no es monetaria sino social.
Una labor social sin sueldo, prestaciones, vacaciones ni incentivos, que emprenden aquellos miembros de la comunidad que de manera abnegada, desinteresada y hasta con una pizca de sacrificio,se deciden a servir a los demás donando buena parte de su tiempo, llevando también muchas veces a sus espaldas las ingratitudes que el ser humano tiene en ocasiones para quien sirve, porque trabajar de forma honesta por los demás termina a veces convirtiéndose en una cruz.
Sin embargo, en este caso particular hay que hablar de una carga que desde hace más de 13 años decidió tomar una mujer que de forma entusiasta, valiente y decidida asumió, ella es Sandra Maldonado.
De allí que en el barrio San José Obrero de Guadalajara de Buga cuando se habla de Sandra Maldonado todos tienen siempre en su mente una idea, y, es que hay acción, porque algo se va a dar en el barrio, pues desde hace más de una década muchas de las iniciativas en esta comunidad norteña han terminado presentando resultados que muchas otras comunas y barrios de mayor tradición se han tardado en lograr, pues trabajar por la comunidad y conseguir unir las voluntades de las personas no siempre es tan fácil.
Por lo anterior el cierre de la novena navideña de Cuántica Stéreo tuvo un significado grande, en cuanto la dignificación de ese trabajo social exalta la labor a veces incomprendida, silenciosa y abnegada de no muchos seres humanos que han decidido sacar una parte importante de su tiempo de vida para dárselo a los demás,soportando seguramente en muchas ocasiones incomprensiones y desencantos de quienes dejan de ver lo más importante de una labor por la comunidad.
Los resultados se pueden plasmar a simple vista cuando al llegar se encuentra una comunidad integrada entorno al pesebre, con una zona verde conservada y arborizada, con calles limpias y un grupo de seres humanos reunidos en torno a una celebración tradicional que ha hecho que niños, niñas, jóvenes y adultos se convierten en una gran familia y celebren al unísono el advenimiento del Niño Jesús de Belén.
En esta oportunidad los villancicos sonaron con un sabor especial, porque se podía apreciar en cada una de las caras de aquellos niños y niñas vestidos con los atuendos de la época bíblica que hace alusión al nacimiento de Jesús, rostros de satisfacción y alegría al contemplar como su comunidad no está huérfana, ya que hay en su interior seres humanos, como Sandra Maldonado y sus compañeros miembros de la Junta de Acción Comunal, quienes han conseguido convertir a este barrio en un ejemplo de trabajo en comunidad, de unión entre las familias y de entusiasmo colectivo; no en vano el barrio San José Obrero recibió el premio que otorga la empresa de aseo, con el primer lugar en toda la ciudad.
Finalmente la reflexión del director de Cuántica Stereo Nelson Alberto Torres, en esta ocasión estuvo dirigida a pensar como el episodio de la pareja de Belén en busca de un hogar para recibir una vida, se puede repetir, pues no está muy lejos la posibilidad que a cualquier casa de una familia llegue a tocar a su puerta alguna pareja de migrantes, de pronto venezolanos o de otra nacionalidad, que se encuentren frente al hecho de atender la emergencia de uno de sus seres queridos, sin tener siquiera un techo y alimento.
Aquí se necesita mucha solidaridad y confianza.
Pero la confianza no es tan fácil tenerla, sin embargo, es posible obtenerla en la medida que se puede recordar como Jesús de Nazareth vino al mundo también con un gesto de confianza y solidaridad de unos seres humanos que le dieron lo poco que tenían en un rincón de un establo de animales.
Seguramente que esas personas que se atrevieron a dar una respuesta a la urgencia de María y José, estuvieron por encima de los indiferentes e indolentes que voltearon la espalda.
Ese tipo de seres humanos son un tesoro que tiene una comunidad, personas con sensibilidad, liderazgo y actitud de servicio, como las hay en el barrio San Jose Obrero de Buga.
Solamente queda decir: ¡Feliz Navidad!