Mientras Colombia celebra este mes el Día de la Niñez y la Recreación —establecido por la Ley 724 de 2001—, un informe de UNICEF revela que el 8% de la población infantil (4.2 millones) requiere ayuda humanitaria urgente debido al conflicto armado, migración y desastres naturales, poniendo en evidencia la brecha entre los homenajes simbólicos y las necesidades reales de la infancia.
La paradoja de la celebración
A diferencia del Día Universal del Niño (20 de noviembre), Colombia dedica abril a actividades recreativas y pedagógicas para menores. Sin embargo, UNICEF alerta que se necesitan USD 26.4 millones para atender a 215,000 niños en situación crítica en 2025, especialmente en La Guajira, Chocó y Nariño. Además, el conflicto armado ha provocado desplazamientos, reclutamiento forzado y interrupción educativa, mientras el 30% de los menores migrantes venezolanos carece de acceso a salud.
Acciones vs. realidades
El llamado de la Ley 724 a “proteger el desarrollo integral de la niñez” choca con cifras preocupantes:
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Financiación insuficiente: Solo se ha cubierto el 27% de los USD 97.1 millones requeridos para la respuesta nacional.
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Crisis climática: El 40% de las emergencias en 2024 fueron por inundaciones y sequías, afectando a 1.2 millones de niños.
Propuestas concretas
Ante este escenario, UNICEF y organizaciones proponen:
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Fondos prioritarios: Destinar el 15% del presupuesto de atención de desastres a programas infantiles.
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Escuelas como refugios: Garantizar educación continua en zonas de conflicto con el modelo de “aulas móviles”.
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Protección legal: Acelerar la implementación del Acuerdo de Paz en temas de reclutamiento infantil.
Testimonio clave: “Mi hijo perdió dos años de escuela por el desplazamiento. ¿De qué sirven juegos si no tiene comida ni techo?”, cuestiona María López, madre en Arauca.
Un llamado a la acción
Mientras alcaldías organizan festivales, expertos insisten en que el verdadero homenaje sería vincular a 500,000 niños al sistema de salud en 2025 y duplicar los recursos para nutrición infantil, actualmente en USD 12 por niño/año.
Dato crucial: Colombia tiene una de las tasas más altas de trabajo infantil en América Latina (5.4%), según el DANE.
Este abril, el reto no es solo celebrar, sino transformar las deudas históricas con la niñez en acciones tangibles. Como señala Tanya Chapuisat de UNICEF: “Los juegos son vitales, pero primero debemos garantizar su supervivencia”.
