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El calvario médico de Emily: 15 años de lucha por un diagnóstico de endometriosis

La joven Emily Rogers, de 27 años, se ha convertido en un símbolo de las fallas del sistema de salud colombiano tras revelar cómo durante quince años su endometriosis avanzó sin diagnóstico ni tratamiento adecuado, hasta causarle daños irreversibles. Su caso, difundido a través de TikTok, ha destapado la cruda realidad que enfrentan miles de mujeres cuyos síntomas ginecológicos son minimizados o mal diagnosticados.

Desde los doce años, Emily experimentó menstruaciones tan dolorosas que la dejaban incapacitada, acompañadas de sangrados abundantes y un deterioro progresivo de su salud. “Recuerdo pasar noches enteras doblada de dolor, tomando pastillas que nunca aliviaban realmente los síntomas”, relata. Sin embargo, cada visita al médico terminaba con la misma respuesta: que era parte normal de ser mujer, que exageraba o que probablemente estaba embarazada. Las pruebas de gestación se convirtieron en el único examen que le realizaban sistemáticamente en urgencias, mientras su cuerpo enviaba señales de alarma que nadie quiso escuchar.

El diagnóstico de Emily refleja un patrón preocupante en la atención a enfermedades ginecológicas. Durante su adolescencia, los anticonceptivos fueron la solución estándar que le ofrecieron, una medida que no solo no alivió sus síntomas, sino que según descubriría años después, podría haber contribuido a enmascarar el avance silencioso de la endometriosis. No fue hasta 2024, cuando el dolor se volvió insoportable y comenzó a presentar complicaciones respiratorias, que finalmente accedió a una laparoscopia que reveló la devastadora verdad: endometriosis en etapa 4, con implantes en múltiples órganos.

El diagnóstico llegó demasiado tarde. A sus 26 años, Emily ya había perdido la vesícula biliar y parte del conducto cístico. Poco después, a los 27, enfrentaría una cirugía radical que incluyó la extirpación de su útero, cuello uterino, trompas de Falopio y segmentos intestinales gravemente afectados. “Lo más doloroso no fue la operación, sino saber que todo esto pudo evitarse si alguien me hubiera creído a tiempo”, confiesa con lágrimas en uno de sus videos que han superado el millón de reproducciones.

Su historia ha resonado profundamente en redes sociales, donde miles de mujeres comparten experiencias similares de desatención médica. Según la Asociación Colombiana de Endometriosis, el diagnóstico de esta enfermedad tarda en promedio entre 8 y 12 años en el país, tiempo durante el cual el tejido endometrial puede causar daños irreversibles en órganos vitales. Lo que comienza como dolor menstrual puede convertirse, como en el caso de Emily, en una condición sistémica que afecta pulmones, intestinos e incluso el sistema nervioso.

Hoy, mientras se prepara para otra cirugía reconstructiva, Emily ha convertido su dolor en activismo. Desde su plataforma digital, educa sobre los síntomas reales de la endometriosis, acompaña a otras mujeres en sus procesos diagnósticos y exige mejor formación médica en salud menstrual. “Ya no puedo recuperar mis órganos ni mi fertilidad, pero sí puedo evitar que otras chicas pasen por esto”, afirma con determinación. Su caso ha impulsado un debate nacional sobre la necesidad de protocolos médicos que tomen en serio el dolor femenino y reduzcan los tiempos de diagnóstico para enfermedades ginecológicas crónicas.