Los representantes del sector salud respondieron al presidente Gustavo Petro tras sus señalamientos sobre el desabastecimiento de medicamentos y su amenaza de allanar depósitos farmacéuticos si se comprueba acaparamiento. Ana María Vesga, presidenta de Acemi (Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral), advirtió que las confrontaciones no solucionan la crisis y pidió un abordaje técnico, no político, del problema.
“Con amenazas no se les responde a los pacientes”, declaró Vesga en entrevista con Blu Radio, rechazando el tono del mandatario. La dirigente gremial insistió en que la raíz del desabastecimiento es el sub financiamiento crónico del sistema, ejemplificado en el ajuste de solo 5,2 % a la Unidad de Pago por Capitación (UPC) en 2024, frente al 16 % que requería el sector según cálculos técnicos.
Claves del desacuerdo
- Aparente falta de recursos: Vesga señaló que sin un reconocimiento formal del déficit por parte del Ministerio de Salud, la ADRES no puede liberar pagos, lo que ahoga financieramente a las EPS.
- Advertencia sobre intervenciones: Cuestionó la efectividad de las medidas de intervención gubernamental, que hasta ahora no han resuelto el desabastecimiento.
- Riesgo de judicialización: Petro había amenazado con allanar bodegas de medicamentos, una medida que, según Acemi, no ataca las causas estructurales de la crisis.
- Pagos a las EPS: Minsalud señala que los pagos de los medicamentos han sido girados como corresponde a los plazos y que, inclusive, el financiamiento al sistema de salud ha aumentado en los últimos años, contrario a lo que afirman las EPS.
Contexto ampliado
El enfrentamiento ocurre mientras persisten denuncias por falta de medicamentos en Nueva EPS y otras aseguradoras intervenidas. Expertos independientes coinciden en que el sistema arrastra un déficit histórico agravado por la pandemia, pero critican tanto la gestión de las EPS como la falta de diálogo del Gobierno.
Mientras Petro insiste en responsabilizar a privados, los gremios exigen una mesa técnica que priorice el flujo de recursos y evite el colapso de servicios. La tensión refleja un desafío mayor: cómo reformar el sistema sin sacrificar su operación inmediata.