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Ranking de los páramos más afectados por incendios en Colombia

Un estudio realizado por investigadores de la Universidad del Rosario, en colaboración con el Instituto Humboldt y el proyecto GEF Páramos para la Vida, analizó los incendios registrados en los 37 complejos de páramos de Colombia entre los años 2000 y 2022. Los hallazgos revelan un panorama preocupante sobre el impacto del fuego en estos ecosistemas estratégicos, que no solo albergan una biodiversidad única, sino que también proveen servicios esenciales como el suministro de agua para millones de personas.

Hace unas semanas, las imágenes de un incendio en el páramo La Cortadera, ubicado entre los municipios de Pesca, Siachoque y Rondón en Boyacá, encendieron las alarmas. Cerca de mil hectáreas resultaron afectadas, recordando otros eventos similares ocurridos a principios de 2024 en páramos como Berlín (Santander), Siscunsí (Boyacá), Pamplona (Norte de Santander) y Las Hermosas (Valle del Cauca). Estos incendios dejaron frailejones calcinados, animales heridos o muertos, y extensas áreas de vegetación destruida.

Los páramos, al igual que otros ecosistemas, son especialmente vulnerables al fuego, particularmente durante las temporadas secas. Sin embargo, el impacto de los incendios va más allá de la pérdida de flora y fauna. Según el Instituto Humboldt, los páramos abastecen de agua a 17 millones de personas y sustentan actividades agropecuarias e industriales en la región Andina. En Colombia, estos ecosistemas cubren más de 2,9 millones de hectáreas, lo que convierte al país en el territorio con mayor extensión de páramos en el mundo.

Los páramos más afectados

El estudio identificó que el complejo de páramos más impactado por incendios entre 2000 y 2022 es el de Perijá, con un 33,8 % de áreas quemadas. Este páramo, ubicado entre La Guajira y Cesar, cuenta con cerca de 30 mil hectáreas y ha sido escenario de recurrentes incendios.

En segundo lugar se encuentra el complejo de Chiles-Cumbal, en Nariño, con un 21,4 % de áreas afectadas. Le sigue Tota-Bijagual-Mamapacha, en Boyacá, con un 16,8 %. El cuarto puesto lo ocupan los páramos del Altiplano cundiboyacense, con un 16,3 % de áreas quemadas, y en quinto lugar está el complejo de Cruz Verde-Sumapaz, con un 14,6 %. Este último, considerado el más extenso del país, abarca territorios de Cundinamarca, Huila y Meta.

Aunque los incendios en los páramos suelen asociarse a factores naturales como las temporadas secas, también están vinculados a actividades humanas, como la expansión agrícola, la quema de pastizales y la falta de políticas efectivas de prevención y control. Esto plantea un desafío significativo para las autoridades y las comunidades, quienes deben equilibrar el desarrollo económico con la conservación de estos ecosistemas vitales.

Además, la recurrencia de estos eventos sugiere que las medidas actuales para proteger los páramos son insuficientes. Es urgente fortalecer las estrategias de prevención, mejorar la coordinación entre entidades y promover una mayor conciencia ambiental entre la población.

En un contexto de cambio climático, donde las temporadas secas podrían intensificarse, la protección de los páramos no solo es una prioridad ambiental, sino también una necesidad para garantizar el bienestar de millones de colombianos que dependen de sus servicios ecosistémicos.