Marly Garneiter, una joven de 27 años, atribuyó sus sudores nocturnos y picazón en la piel al duelo por la muerte de su padre en enero de 2024. Sin embargo, cuando sus síntomas persistieron, decidió consultar en ChatGPT, la herramienta de inteligencia artificial de OpenAI, la cual le advirtió que podrían ser señales de cáncer en la sangre.
Inicialmente, Marly descartó la sugerencia del chatbot, considerándola exagerada. Pero meses después, al experimentar pérdida de peso y dolor en el pecho, acudió a un médico. Los análisis de sangre confirmaron lo que la IA había anticipado: padecía un linfoma de Hodgkin, un tipo de cáncer que afecta el sistema linfático.
Tras una biopsia en febrero de 2025, los especialistas corroboraron el diagnóstico. Aunque devastada por la noticia, Marly decidió compartir su historia para crear conciencia. “Es muy importante escuchar a nuestro cuerpo”, declaró, reconociendo que ignoró las primeras señales de alerta.
Antes de iniciar quimioterapia, la joven preservó sus óvulos para futuros planes de maternidad. Aunque agradeció la precisión de ChatGPT, fue enfática en que la IA no reemplaza la consulta médica profesional. Sin duda alguna, este caso destaca tanto el potencial de estas herramientas como la necesidad de actuar ante síntomas persistentes.
Marly enfrenta ahora su tratamiento con esperanza, mientras su experiencia genera debates sobre el papel de la inteligencia artificial en la detección temprana de enfermedades y la importancia de la atención médica oportuna.